sábado, 29 de septiembre de 2007

Niñez en cuclillas


Muchas veces miro hacia atrás. Todas esas veces me gustaría que fuera algo más que eso. Que sea volver, con pasos firmes y cortitos; con valija en la mano en la que me pueda llevar todas las cosas que aprendí desde ese entonces hasta ahora.
Si lo que se ahora lo hubiera sabido también en ese momento, las cosas hubieran sido distintas. Unas palabras no hubieran pesado tanto y otras las habría entendido mejor.
Algunas de esas veces en que miro hacia atrás, si me concentro mucho, hasta parece que de veras me hubiera trasladado a ese momento. A ese preciso instante en el que mi memoria de infante empezó a acumular recuerdos que me iba a devolver, con cierta burla, cuando creciera y los pudiera entender mejor.
Después escucho que la cordura golpea la puerta. Sin esperar a que le diga “adelante”, entra y me habla al oído. Despacito pero aguda. A veces hasta dolorosa. Me pide que vuelva, que si sigo pensando en lo que fue y podría haber sido me voy a quedar ahí para siempre. Me corre un frío por todo el cuerpo.
Y como buena cobarde que soy, sacudo las neuronas embelesadas por los viejos tiempos, y prefiero volver a lo de siempre.
De todas formas, eso de quedarme ahí para siempre me anda dando vueltas en la cabeza
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Más seguido de lo que quisiera


*MEI

1 comentario:

María.- dijo...

que le has cambiado la foto, no?