Los días de lluvia son tierra fértil para cualquier clase de angustias. Todo prospera, todo brota y crece desmesuradamente.
Y hoy, justo hoy, decidió llover. Mojar todo, encharcar pisos y embarrar conciencia. Uno se siente como siempre sucio, nunca termina de secarse bien. Siempre hay alguna gotita recorriendo rincones, y otra más...
Y eso que a mi me gustan los días de lluvia, pero cuando nacen jodidos, no hay paraguas que aguante.
Remate terapéutico del día: "es que muchas cosas se resumen en aceptar que uno no lo puede saber todo"... (mi psicoloca, hace instantes) ¡¡que viernes!!
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4 comentarios:
Afrontar lo inseguro, lo que no existe aún y será llamado a la existencia por nosotros mismos, pero no sabemos que es.
actualizá esto lucía la pancha, please!
La esperanza está puesta en que todo pase después que pare de llover.
Saludos Lu!
había una vez lucía tenía un blog
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