miércoles, 22 de agosto de 2007

Repeticiones


Que grosa!

"Burocracia, su lechuguita"

Ahora resulta que un DNI y una libreta recientemente actualizada no alcanzan. También necesito un certificado. Ya me la veo venir: "no señorita, esta vez le faltó hacerse el ADN y la colonoscopía".
Y eso que me gustan las bibliotecas...

Cuando viré la cabeza y miré hacia atrás me di cuenta de que no había salida posible desde el pasado. A mis costados, ni hablar. Muros altos desde los que parecía no haber un más allá. Ni siquiera posibilidades de escalar.
Entonces decidí que ese muro que me enfrentaba no iba a ser tan grande. Y fue así como de repente, se disolvió.

lunes, 20 de agosto de 2007

Antítesis

¡PERO ES QUE NO ENTIENDO TODAVÍA POR QUÉ ODIO TANTO LOS DOMINGOS!
NO SE SI ES ALGÚN CONFLICTO SOCIAL NO RESUELTO O ALGÚN TRAUMA CULTURAL MEDIO SÁDICO, LA CUESTIÓN ES QUE, HAGA LO QUE HAGA, SIGUE SIENDO TORTUOSO.
SEGURO QUE ES CULPA MÍA, POR PROMETER EMPEZAR TANTAS COSAS LOS LUNES…(y eso que me vengo proponiendo que no se culpe a nadie)...



Cause I love to lay here lazy
We could close the curtains
Pretend like there's no world outside

jueves, 16 de agosto de 2007

Parte II: Patricio (5)


- Patricio entra a la habitación de Fede para visitarnos, mientras intentamos dormir la siesta y yo matar mis ansias de lagrimear. Cuando se pone a jugar, el tío Fede lo advierte: "no Pato, no molestes a Lucía que está triste". Patricio se acerca y al oído me pregunta en susurros: "¿es cierto eso?". Le contesto con un sí que contiene lágrimas a más no poder. Entonces, Patricio saca un tubito de cartón pintado y con alitas y agrega: "no tenés que estar triste, ¡yo te traje un cohete!".
- (Trataré de reproducir fielmente el relato familiar). Patricio jugaba con su abuelo para ver quién ganaba a las cosquillas. Lógica y genealógicamente, su abuelo salió triunfante. Con un poco de indignación y otro poco de desconcierto, Pato no pudo contener sus reflexiones: "No entiendo cómo alguien viejo, taaan viejo, puede conservar sus habilidades..."

miércoles, 15 de agosto de 2007

Inocencia interrumpida

Siempre me pareció muy explicativa la historia del rey que, engañado por un par de estafadores y por su propia ignorancia, salió a encontrarse con el pueblo desnudo, creyendo que usaba un traje bordado en oro. Apoyé, en base a eso, la teoría de que los niños no pueden callarse las verdades que, para todos son evidentes, pero algunos pretendemos no ver.
Ayer iba caminando por la calle y un infante de unos 8 años busca mi atención al grito de "señora, usted señora"...
Estoy en un dilema: o el cuentito fue siempre una farsa que nos quiso hacer creer que de niños eramos especiales, o realmente ya han surgido tantas nuevas generaciones después de la mía.
Sí, estoy algo así como generacionalmente desesperada.

It's a promise

Volveré y seré millones de escritos.
Lo juro